Según avanza la segunda mitad del año 2015, he llegado a escuchar por parte de las más dispares fuentes, un término que se está haciendo común en el discurso para atacar al contrincante, de un modo soterrado y, tal vez en principio, culturoso. El término es facho. 

“Facho”, según lo que he podido conocer es: “Un peruano derechista y de valores políticos completamente autoritarios”, “…..acérrimo respaldo al statu quo en general y su virulenta oposición a todo lo que no sea parte de aquél.”

A finales de la década de los ochenta e inicios de los noventa, cuando Kerosene rondaba mi casa buscando terroristas (o según el punto de vista del discurso “luchadores sociales”), había un término más pegado a los colores: AMARILLO

Amarillo: En el Perú, también conocido como "comodín", es un término que caracteriza a un profesional, casi siempre del Partido Popular Cristiano, que comenzaba apoyando a un candidato y que con el correr de los acontecimientos, cambiaba al centro o centro derecha. 

Según Wikipedia, en Perú el color amarillo representa al Partido Solidaridad Nacional, partido de centroderecha presidido por el actual Alcalde de Lima, Oscar Luis Castañeda Lossio. En realidad, no deja de tener algo de razón ésta referencia, ya que al revisar su historial político, podemos encontrar lo siguiente: 

Y es que Acción popular no es pues, precisamente, un partido rojo, ni verde.

En Europa, el estudio desarrollado por Juan José Castillo es fundamental para comprender el devenir de este desarrollo ideológico, marcado por «hacer amarillismo» para dar a entender a los partidos que apoyaban al patrono en las huelgas. 

Ahora, de acuerdo a los comentarios de las redes sociales que cualquier televidente puede conocer (por las pantallas de los programas de opinión: Las 5 de las 7 en RPP-TV, #NPortada de Canal N, TvPerú Mundo, por mencionar a los principales), es notoria la saturación de opiniones que provienen de egresados de derecho con especialidad en derecho ambiental, antropólogos, sociólogos, y muchos webmasters que esperan participar, participan actualmente, o han participado de alguna ONG, u Organismo Público, y que con todo derecho, jalan el tema para lo que conocen, manejan y discuten, basados en lecturas que a su vez son muy sesgadas a una bibliografía de inclinación política con punto de vista monocorde, dejando al televidente o radio escucha que practica el pensamiento crítico, con la duda racional de pensar ¿Y tú, qué sacas de todo esto?

Para tal fin, existe un método, probado y demostrado, que puede ayudarnos, y es el análisis crítico del discurso, y que luego de un proceso racional, en donde debemos colectar un “corpus” de información, nos llevará a identificar como el lenguaje es utilizado para introducir ideologías en el texto. Así de fácil.

Por ello, antes de tomar partido (o pensar que el otro está equivocado), duden, siempre duden del comunicador, el mensaje puede ser otro al que ustedes están captando.